jueves, 22 de junio de 2017

Nightmare (2)

Nightmare 2.



Hector International Dakota North Airport. International Flights. Gate 277.
   Había algo extraño. No había cabinas de control de pasaportes. Sin embargo se trataba de un vuelo internacional que me devolvería a casa con una escala en San Petersburgo. Me interné por el pasillo cerciorándome en cada panel que iba por el camino correcto. Cada vez hacen los aeropuertos más laberínticos e imprevisibles, y por eso había llegado con tiempo, pero no sirvió de mucho. Cómo imaginar siquiera que acabaría exhausto tirando de mi maleta hacia una puerta que no llegaba nunca. Me crucé con muchos pasajeros que marchaban en sentido contrario, algunos con rostros expectantes, los más, con la premura por salir al aire libre. El ruido de su equipaje rodando rebotaba en las paredes. Me molestó, pero no más que el silencio que siguió al desaparecer el último de ellos.
Me detuve. La respiración  descompensada rivalizaba con los latidos de mi corazón. Me atraganté con mi propia mucosidad y las ansias por respirar se convirtieron en espasmos. Oí mi nombre por los altavoces -last call for...-. Miré la esfera de mi reloj; quedaban dos minutos para el cierre del vuelo y me repuse a duras penas. Comprendí entonces que no habría avión ni regreso posibles. Apoyado contra la pared pagaba el precio de no haber seguido los caminos trillados; en realidad,  de haberme puesto ponerme estupendo. Todos me advirtieron: qué hacía yo en Fargo la primera vez que visitaba aquel país. Puesto a dar razones, creo recordar maldiciéndome, que había mencionado a los hermanos Coen frente a la sumisión papanatas del turista a Nueva York. Y yo era un tipo especial. Tanto que estaba perdido en el pasillo solitario de un aeropuerto y nadie se ocupaba de mí. 

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