jueves, 25 de enero de 2018

DIÁLOGOS
No todos los días se habla con un muerto. De hecho, nunca se habla con un muerto. Pero, lo cierto es que yo, con réplicas deslabazadas, y a destiempo -como quiera que se pueda conseguir en esas dimensiones tan diferentes- acababa de hacerlo. Y no me había dicho cualquier cosa en la cafetería, distrayéndome de la historia que estaba escribiendo en mi cuaderno. Durante un rato me quedé absorto, mirando a través de la puerta vidriada a los transeúntes, pero los gestos desaprobatorios del camarero en aquel lugar "de clase" ante alguien que, como yo, habría parecido un loco hablando solo, me convencieron para pedir la cuenta y salir de allí. Dejé que mis pasos me llevaran por la avenida que desembocaba en el río y en el puente. ¿Explicaría eso la física cuántica? La sospecha de ser víctima de mi incipiente bipolaridad se desvanecieron cuando recordé los detalles pormenorizados con los que, clavando sus ojos tristes, más o menos los que les adjudicamos a los difuntos,había iluistrado sus encuentros íntimos con mi mujer. La paz con lo que lo decía, mirando también a los transeúntes tras la puerta del establecimiento, me liberó de toda animosidad hacia ella, y hacía él
Cuando llegué a la orilla del río, absorto y sin alma, me topé con las luces estroboscópicas de los coches de policía. También había dos camionetas de bomberos y una ambulancia. Estaban sacando del agua un cadáver rodeado de patos. La gente decía que se había suicidado.

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domingo, 21 de enero de 2018

BLANCO
Dejé la niebla
Y su luz lechosa en la cima
No estabas en la nieve
Y me arranqué los ojos
Texto y foto Santiago Mendez
(Inspiré de la force créatrice de Nabil BenCh)

BLANC
Je quittai le brouillard
Et sa clarté laiteuse au sommet
Tu n´étais pas sur la neige
Voilà mes yeux arrachés

jueves, 18 de enero de 2018

TRANSPARENCIAS(II)
En la cima estaba el pueblo,o lo que quedaba de él. Confundidas con el roquedal quedaban unas siete casas en pie. Ni rastro de la ermita. Ni del campanario. Aparcó el coche y salió. A diferencia del comisario él no iba armado, no del mismo modo. Miraba la inmensidad de los montes con una mano en el bolsillo donde estaba la navaja. Desde allí arriba comprendió a las águilas, las ovejas desparramadas por la falda parecían miniaturas. El graznido de los cuervos le acompañaba al bajar aquella calle mínima. Casas vacías, como las piedras, como las ruinas. Supo, ya supo a cada paso que se le habían adelantado. Aunque yo no era nadie, ni para el periódico, quería la exclusiva y por eso se prestaba al juego. Hay estremecimientos que no los provoca el viento cortante y frío.
Texto y foto Santiago Santiago Mendez
TRANSPARENCIAS (I)
El soplo le llegó demasiado tarde. O eso se temía. Tras el túnel aún le quedaban muchas curvas y una carretera de un solo sentido hasta llegar a la cima, a la ermita. Y probablemente el comisario se le habría adelantado.Estaban jugando con los dos, espoleándoles en una estúpida competición para ver quien llegaba antes a contemplar lo irremediable.
Texto y foto Santiago Mendez
TRANSPARENCIAS (III)
Le faltaba aire. La cuesta era demasiado inclinada. –¿Cómo se las habrían arreglado para llevar los féretros hasta abajo?– Le salía el alma por la boca mientras le entraba el miedo. Finalmente llegó a la iglesia, aislada en un descampado. Sacó la navaja sin convicción al recordar entrecortadamente las palabras del escueto mensaje. No. No era capaz de ponerlo en pie. Miró atrás, por si acaso, y se pegó al muro del edificio sagrado.La sombra de casas, ruinas y casas en ruina se alargaba acercándosele peligrosamente. Las tardes son cortas en enero, y el sol demasiado oblicuo. Debía darse prisa. Y ponerse a cubierto. Tal vez.
Texto y fotografía Santiago Méndez
TRANSPARENCES(III)
Il s´etouffait à perdre élan.Le chemin en pente était trop dur. -Comment ils se seraient debrouillés avec ses enterrements?– Sa bouche ouverte laissait sortir son esprit et accueillait la peur.Il arriva enfin au sanctuaire, isolé, lointain. Il tira le couteu de sa poche, sceptique, en se souvenant des mots du message.Mais non, il avait oublié quelques mots, indispensables. Il a regarda en arrière, juste au cas où, et il se colla au mur de l´église. L'ombre des maisons, des ruines et de maisons en ruine s´allongeait dangeureusement envers lui. En janvier les après-midi son courts, et le soleil trop incliné. Il fallait qu´il se presse.Probablement.
TRANSPARENCIAS (IV)
Había el miedo. Y el frío de las piedras. Debía de sentirlo en la espalda pegada al muro como un lagarto al acecho. Fiat Lux. Y llegaron, una a una, palabras del mensaje. No todas. A la sombra del campanario.Doblar una de las esquinas de la ermita y luego comprobar que aún seguía vivo. Lo hizo. Había que hacerlo. La navaja,ridícula, le temblaba en la mano. Frios, sus pasos sobre la grava. Último esfuerzo, sudores y asfixia por que no fuera el último. Absurda exclusiva para el periódico. Dobló la otra esquina. Y allí estaban. La sombra del campanario. Y el coche.
Texto y foto de Santiago Mendez


Transparences (IV)
Il y avait la peur. Et le froid sur les pierres. Son dos devait le ressentir, collé au mur comme un lézard. Fiat Lux.Et quelques mots du messages arrivèrent enfin. Pas toutes. À l´ombre du clocher.Franchir l´un des coins du sanctuaire et verifier, après, qu´il restait vivant. Le couteau, ridicule, tremblait dans sa main. Dernier effort, de la sueur et l étouffement afin quíl ne fûsse le dernier. Une nouvelle absurde pour son journal. Il franchit l´autre coin de l église. Ils y étaient. L´ombre du clocher. Et la voiture.