lunes, 13 de junio de 2016

Microrrelato:
La muñeca no era especialmente bonita, pero se notaba en cada despunte la minuciosa paciencia del sesentón que atendía el puesto . Parecía haberse dejado el alma al coserle una sonrisa de trapo que sedujo inmediatamente a la niña. - Cómo se llama? -Berta, como tu abuela. - Cómpramela, mamá, es mi amiga.
Mientras le daba los veinticinco euros, la mujer lo miró fijamente. Había decidido ahora convertirse en hipster. -Hola, papá. Cómo estás? Y mamá ?
-Murió hace tres años.
La niña no oyó nada. Andaba por el pasillo del mercadillo solidario abrazando a Berta.

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